Según el capítulo 7 del libro Teaching and learning at a distance:
Foundations of distance education se analiza los factores de un aprendizaje
efectivo y las responsabilidades del estudiante en cursos a distancia
(Simonson, Smaldino & Zvacek, 2015). El aprendizaje a distancia tiene como
enfoque al estudiante en su proceso de enseñanza. Ante esto, debemos considerar
las posibles limitaciones que puede surgir en ese proceso. El instructor como
facilitador de la enseñanza deberá asegurar una participación de los alumnos
que sea efectiva en la adquisición de conocimientos. Esta modalidad de estudio
se diferencia ante la poca actividad de interacción física como los cursos
tradicionales. El auge de los cursos a distancia sigue favoreciendo a la
población estudiantil profesional, pero está siendo considerado entre los
alumnos nuevos ingresos. Por tal razón, algunos estudiantes muestran unas
habilidades tecnológicas que pueden favorecerle en el proceso, pero otros no.
La comunicación del instructor a este tipo de
estudiante debe ser una constante y persistente para el desarrollo de las
habilidades educativas en la tecnología. El instructor debe orientar a los
estudiantes sobre las funciones y herramientas que posee la plataforma a
distancia. La información debe ser clara y si es posible con visuales. Además,
identificar los grupos de colaboración entre los estudiantes que les será de
gran ayuda en el aprendizaje a distancia. Cuando utilizan los medios de
comunicación en la plataforma, los estudiantes deben hacer uso correcto del
lenguaje y ortografía. El instructor debe establecer estas pautas como parte de
una enseñanza armoniosa. De esta forma, dirigirse a sus compañeros e instructor
con respeto y buen vocabulario. La lectura recomienda evitar la comunicación
humorística y el uso de emoticones. El autor expresa que la comunicación debe
ser profesional y cuidar su ortografía, aunque se comunique de manera informal.
El uso de emoticones ha causado problemas ante malas interpretaciones en el
sistema público y otras organizaciones educativas. Estos mensajes que contienen
emoticones han causado hasta referir acusaciones al tribunal. El docente debe
tomar sus precauciones cuando realice una comunicación con estudiante evitando
malos entendidos.
El autor expresa que no ha
experimentado un curso en línea desde otros países y cultura. Aunque entiende
que el reto educativo debe ser mucho mayor por cuestión del lenguaje y
dialecto. El autor lleva desde bachillerato utilizando plataformas en línea
como Blackboard y Moodle. La experiencia ha sido muy beneficiosa por el dominio
que ha ejercido en las funciones tecnológicas. Además, reconoce que el
aprendizaje será continuo en estas plataformas por las nuevas herramientas que
siguen surgiendo. No descarta las grandes expectativas tecnológicas que darán
un nuevo surgimiento en las plataformas a distancia. Al comienzo tuve muchos problemas con mi
organización en las tareas. Actualmente, me organizo y establezco mi calendario
para cumplir con las tareas, foros, asignaciones y reuniones.
El capítulo 7 destaca las
responsabilidades que debe ejercer un alumno en línea. Primero, el alumno debe
conocer las funciones en la plataforma y la organización de entrega de las
tareas. De esta manera, el estudiante puede responder a los foros, hacer
preguntas y realizar las asignaciones. El instructor está llamado a guiarle en
este proceso de adaptación a la plataforma. Segundo, los estudiantes son
responsable de preguntar al instructor cuando se le presenten dudas o
dificultades en la plataforma. El instructor debe establecer un diálogo
efectivo que le permita al estudiante a trabajar independiente. Tercero, el
estudiante debe organizar su tiempo para participar de la educación a
distancia. Cuando el estudiante identifique la organización de las tareas
establecidas por el instructor deberá programar sus intervenciones para cumplir
con los trabajos. Por esto se necesita equilibrar su tiempo de disponibilidad
sin ser menos o más frecuente al uso de la plataforma. Cuarto, la claridad del
instructor en la guianza de sus alumnos determinará el mejor rendimiento del
aula del curso a distancia. Las participaciones cumplirán el tiempo requerido y
se efectuará un progreso en el aprendizaje. Quinto, el estudiante no puede
pasar por alto las discusiones o foros que se realizan en la plataforma. Es
responsabilidad del estudiante programar su aportación a los foros y reacciones
a sus compañeros. Sexto, el alumno en línea debe asumir la responsabilidad de
su propio aprendizaje. Los instructores recomiendan lecturas y materiales
asociados al curso. Los alumnos deben establecer su tiempo de lectura y
aprendizaje continuo que cumpla con los objetivos del curso. Por último, el
estudiante se le puede requerir participar de talleres o clases especiales para
prepararlo en el manejo de la plataforma a distancia. El estudiante debe ser
partícipe y anotar las indicaciones para ponerlas en práctica desde su hogar.
Los programas combinados proveen unos días presenciales para suplir estas
necesidades que muestran algunos estudiantes ante el desconocimiento del
aprendizaje a distancia.
Para el autor las
responsabilidades antes mencionadas muestran grandes beneficios académicos en
la ejecutoria de los alumnos. En las responsabilidades, las diferencias son
pocas pues la mayoría de las funciones se continúan realizando. La comunicación que desarrolle el instructor
con sus estudiantes y viceversa, fue la responsabilidad más mencionada en este
capítulo. Ante esto, identificó esta comunicación como una prioridad en el
curso para garantizar un aprendizaje de excelencia a la distancia. Además,
permitirá establecer una buena imagen del programa en la institución educativa
y universitaria. Permitiendo el acceso a una población estudiantil mundial que
le interesa obtener una preparación profesional.
Referencias
Simonson, M.,
Smaldino, S., & Zvacek, S. (2015).
Teaching and learning at a distance: Foundations of distance education (6th
ed.). Charlotte, NC: Information Age.
188-204
No hay comentarios.:
Publicar un comentario